¿Qué pasa con las redes sociales de una persona que fallece?
En este mundo hiperconectado son millones las personas quienes usan las redes sociales para estar al día con sus familiares, amigos y el mundo. Es tanta la información que guardamos en las cuentas que al momento de fallecer se convierten en un reservorio único de la memoria y la huella digital de nuestra vida.
Pero, ¿Qué pasa con toda esa información cuando fallecemos?
Algo que poca gente sabe es que los usuarios de Facebook tienen la posibilidad de acceder a un formulario en la configuración de la plataforma y dejar decidido por adelantado lo que desean que suceda con su cuenta después de su muerte. La plataforma le ofrece la opción de convertir su cuenta en conmemorativa, borrar toda la información apenas se comunique el fallecimiento o designar a un «contacto de legado» (término usado por Facebook) para que administre su cuenta conmemorativa.
Esto hace que, una vez notificada la muerte a Facebook, se active automáticamente lo indicado, simplificando así el procedimiento.
¿Qué es una cuenta conmemorativa?
Facebook tiene una sección llamada Homenajes para las cuentas conmemorativas en las que aparecerán las palabras «En memoria de» junto al nombre de la persona fallecida, así amigos y familiares podrán continuar compartiendo recuerdos en su perfil.
La persona autorizada o «contacto de legado» podrá cambiar las fotos de perfil, compartir información y aceptar solicitudes, más no tendrá acceso a los mensajes directos de la cuenta.
Para quienes decidan borrar la vida digital después de su muerte, en caso de que no lo deje configurado previamente, la red social tiene habilitado un formulario en la que un familiar (que se verifique) podrá hacer la respectiva solicitud. Será necesario, además, enviar una foto o una copia escaneada del certificado de defunción.
Es importante mencionar que Facebook e Instagram tienen una política muy similar puesto que pertenecen a la misma empresa.
Si bien es cierto, las redes sociales hoy en día son un resguardo de la memoria ya que conservan detalles importantes de nuestra vida; al fallecer pasan a ser parte de nuestro legado por lo que es conveniente dejar decidido el destino de las mismas.