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¿Por qué deberíamos tomar vacaciones en familia?

 ¿Por qué deberíamos tomar vacaciones en familia?

Terminan las clases y comienzan las ansiadas vacaciones para los niños y adolescentes y, puede ser el momento de mayor estrés para los padres. Automáticamente surgen las preguntas: ¿qué hago con los niños?, ¿por qué tienen tantas vacaciones?, ¿cómo voy a conciliar su descanso con mi trabajo? Lo que lleva muchas veces a recurrir a múltiples recursos: vacacionales, abuelos o personas de apoyo.

 

Aunque el aburrimiento puede ser bueno, ya que incentiva la creatividad y  enseña a los niños a no depender constantemente de los demás para entretenerse; este tiempo libre puede ser aprovechado para hacer unas maravillosas vacaciones en familia.

 

Las vacaciones en familia pueden dejarnos algo más que descanso y diversión. Es mucho más que ir a la piscina, bañarnos en la playa o hacer una ruta de senderismo. Es, sobre todo, compartir tiempo de calidad juntos.

 

Los niños están felices, emocionados y se divierten. Da igual cuánto dure el viaje, si es lejos o cerca; el cambio de aires siempre nos sienta bien y, además, nos ayuda a generar recuerdos duraderos y positivos.

 

A continuación, los 4 beneficios de tener vacaciones en familia:

  • Favorece el vínculo familiar: La propia planificación de las vacaciones es una actividad que llena de ilusión a mayores y a pequeños. Además, disfrutar el tiempo libre con papá y mamá es algo que los niños siempre desean, ¡sin duda el mejor regalo que podemos hacerles!
  • Favorece su desarrollo integral. El cambio de rutinas incentiva a los niños a adaptarse a situaciones nuevas y a divertirse con las novedades. Además, tener una actividad física intensa es necesaria para su desarrollo psicomotriz.
  • Los niños crean recuerdos positivos. Descubrir cosas nuevas y explorar juntos unirá más a la familia y transmitirá una sensación de bienestar que durará mucho más de lo que duren las vacaciones, esos recuerdos serán para siempre.
  • Mejora la salud: Pasar tiempo en contacto con la naturaleza disminuye el estrés, refuerza el sistema inmune, disminuye la presión arterial; además, las experiencias positivas activan componentes que mejoran el desarrollo intelectual.

 

Lo cierto es que el cambio de rutina es un factor fundamental que contribuye al desarrollo infantil, y aunque los padres deben procurar seguir respetando los horarios establecidos de sueño y comida, por este tiempo quizá no se lo apliquen con tanto rigor como en la época escolar.

 

Todo lo bueno se acaba

 

Con todo esto, ¿A qué conclusión llegamos? ¿Son malas las vacaciones? ¿Son muchas? ¿Pueden salir muy caras?

Las vacaciones son necesarias: que existan, que empiecen y también que se acaben.

Este tiempo es simplemente una excusa perfecta para amar y dejarnos amar por lo más importante, la familia.