Tini, desde lo más profundo de su corazón

 Tini, desde lo más profundo de su corazón

Tini Stoessel es una cantante y actriz argentina, reconocida por series de Disney como Violetta. Su último álbum musical “Mechón de pelo” incluye la canción “Pa”, un verdadero himno al amor y al miedo a la pérdida.

 

Esta canción plasma en palabras, a través de la música, el momento de oscuridad que transitó mientras su papá estaba hospitalizado y en riesgo de morir.

 

“Si un día te vas, nunca te vas a ir”

 

En 3 minutos con 42 segundos Tini transmite, a través del videoclip de “Pa”, que la sala de espera de un hospital puede ser el lugar más triste del mundo, cuando la vida de la persona a quien amas está en peligro.

 

“Pa” transmite, segundo a segundo, el gran tamaño del miedo, el dolor y la culpa, incluso antes de la pérdida, sí antes de la pérdida. Cuando tus sentimientos están a flor de piel, cuando la mínima expresión del médico te anuncia lo peor, cuando un diagnóstico te arrebata parte del corazón y de la vida.

 

Ese momento exacto en el que parece que el mundo se viene abajo y solo las lágrimas pueden hablar por nosotros.

 

“Pa” duele el triple cuando perdiste a alguien que era todo para ti.

 

 

“Juro por Dios, decirte adiós no me salía”

 

Tini en su canción revela el amor y la gratitud por su papá con un hermoso flashback de momentos felices que muestra, de forma cruda y directa, que pocas veces estamos preparados para decir adiós. Porque aún queda mucho por dar, por vivir, por decir.

 

“Me enseñaste de todo, pero no a soltarte”

 

Gracias, Tini, por plasmar a través del arte, aquellos momentos que muchas veces se quedan atrapados en el corazón, aquellos momentos que, después de la pérdida, pretendemos anular o ignorar como por arte de magia.

 

Ser exigentes con nosotros mismos después de una pérdida significativa es un acto de crueldad. Hay pérdidas que ameritan un intenso período de duelo para aprender a aceptar aquella nueva realidad.

 

Seamos amables con este proceso

 

¿Cómo lo hacemos? Pidiendo compañía cuando lo necesitemos, hablando, escribiendo o expresando nuestros sentimientos para darles un significado. Dándonos un respiro en actividades en las que no nos sentimos capaces de participar.

 

Y, sobre todo, recordando que cada duelo tiene su propio proceso, tan distintivo y único como la persona que perdimos.