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La ciudad en la que está prohibido morir

 La ciudad en la que está prohibido morir

Longyearbyen es una ciudad que está situada en un archipiélago al norte de Noruega. Su ubicación la convierte en la isla más cercana al polo norte, tanto así que su animal más representativo es el oso polar. Esta hermosa, pero fría ciudad podría considerarse la más gélida del planeta, sus temperaturas han rebasado los 50° bajo cero y difícilmente superan los 16 ºC.

 

Esta peculiar isla ártica tiene tres estaciones a lo largo del año: aurora boreal, invierno soleado y verano polar que incluye cuatro meses en la que sus habitantes no ven la luz del sol. Sus calles cuentan con discotecas, iglesias, escuelas, hoteles, restaurantes, hospitales, concesionarios, pero ni rastros de un cementerio.

 

¿Sus habitantes son inmortales?

Desde la década de 1950 se descubrió que debido a las altas temperaturas una enorme capa de hielo cubría los ataúdes, por lo que los cadáveres se mantenían en perfecto estado.

 

El problema de los cuerpos que no alcanzan la descomposición radica en la posible conservación de virus. Además, este fenómeno generó que muchos decidieran mudarse a este lugar para que su cuerpo, después de la muerte, se mantuviera intacto. Finalmente las autoridades crearon una estricta ley que prohíbe morir dentro de la isla.

 

¿Cómo evitan la muerte?

La edad de la mayoría de los habitantes se encuentra entre los 25 y los 44 años. No se construyen, rampas, asilos para ancianos ni hay servicios funerarios. De hecho, si a alguna persona se le diagnostica una enfermedad terminal o supera cierta edad, debe retirarse a vivir fuera de la isla para recibir mejores cuidados. Si alguien fallece de imprevisto, su cadáver es trasladado en avión a Noruega continental para recibir sepultura.

 

Después de 72 años de cumplir esta norma, los habitantes la toman con total naturalidad, puede que una de las razones sea porque cuentan con el índice de mortalidad más bajo del mundo.