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Tradiciones culinarias ecuatorianas en el Día de los Difuntos

 Tradiciones culinarias ecuatorianas en el Día de los Difuntos

Cuando el mes de octubre está próximo a acabar, las panaderías ya empiezan a ofertar sus primeras guaguas de pan y coladas moradas. En el caso de las guaguas, son un producto que los niños adoran decorar con distintos colores.

 

Por su parte, la colada es una bebida exquisita que los adultos disfrutan sobremanera. Ambas tradiciones culinarias han evolucionado con el pasar de los años y esconden más detalles de los que creemos.

 

La colada morada surgió con los pueblos aborígenes que habitaban nuestro territorio antes de la llegada de los españoles. Para los aborígenes, la colada morada era la bebida adecuada para acompañar a sus seres queridos en el viaje hacia el otro mundo. Incluso, se dice que la receta original era preparada con trigo y maíz como base. ¿Esto que representaba? El trigo era el símbolo de Europa mientras que el maíz era el alimento local. Su fusión en una bebida, es una forma culinaria de ver el mestizaje y el legado cultural que heredamos.

 

Las guaguas que hoy degustamos en el Día de los Difuntos eran preparadas también por las culturas aborígenes de nuestro país. En la cosmovisión andina, la muerte era entendida como transformación o como un puente con el más allá. Por ende, los que fallecían necesitaban comer y beber como nosotros para hacer el viaje. Antiguamente, los hornos de leña y los moldes de madera eran los indicados para la elaboración de las mismas. Aunque hoy solo conocemos figuras de personas, también se hacían lunas, serpientes y soles. Curiosamente, se horneaban caballos ya que para los aborígenes eran los encargados de llevar a la persona hacia el más allá.

 

Hay locales de comida que incluso se adelantan a la fecha para ofertar los productos debido a su alta demanda. Es positivo que una tradición como esta todavía se mantenga y que año tras año más personas decidan consumir las bebidas o los panes especiales para la fecha. Aunque en la actualidad, pocas panaderías usan el horno de leña, es gratificante que las nuevas generaciones sigan familiarizadas con esta herencia cultural.