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¿Qué significa curar las heridas emocionales?

heridas emocionales

Cada vez escuchamos más sobre las heridas emocionales y la importancia del autocuidado emocional. No se trata solo de rutinas de bienestar o frases motivacionales, sino de mirar hacia adentro, con honestidad, y reconocer que muchas de las emociones que nos desbordan hoy tienen raíces profundas en nuestra infancia.

 

Estas heridas emocionales no se ven, pero se sienten. Y muchas veces moldean nuestra forma de ser, de reaccionar, de relacionarnos con los demás y con nosotros mismos.

 

Las cinco heridas emocionales que nos acompañan

Según la teoría de las heridas emocionales de la infancia, existen cinco heridas principales que pueden marcar nuestra manera de percibir nuestro entorno:

 

  1. Herida de abandono: “Me da miedo quedarme solo”

Quienes llevan esta herida sienten un vacío profundo ante la soledad. Buscan la presencia constante del otro, temen ser olvidados o dejados de lado, y desarrollan una máscara de dependencia. Amar sin perderse a uno mismo se vuelve un gran desafío.

  1. Herida de rechazo: “Prefiero alejarme antes de que me rechacen”

Esta herida crea personas huidizas, que temen ser juzgadas o no aceptadas. Se retiran emocionalmente antes de que el rechazo ocurra, como un mecanismo de autoprotección. Aprender a confiar en que su presencia es valiosa, es un paso muy importante.

  1. Herida de humillación: “¿Se están riendo de mí?”

Quienes crecieron con esta herida suelen sentir que están siendo constantemente juzgados, avergonzados o minimizados. Desarrollan la creencia de que no son dignos o suficientes. La clave aquí es recuperar la voz propia, sin miedo a mostrarse tal cual son.

  1. Herida de traición: “No confío, prefiero tener el control”

Esta herida da lugar a personas que desconfían profundamente. La necesidad de controlar al otro es su forma de evitar ser defraudados o engañados. Sin embargo, aprender a soltar el control y aceptar la vulnerabilidad, abre la puerta a relaciones más estables.

  1. Herida de injusticia: “Todo debe ser perfecto”

El perfeccionismo y la rigidez son escudos que se levantan cuando alguien ha sufrido la herida de la injusticia. Se exigen a sí mismos ser impecables y muchas veces no se permiten sentir o mostrarse frágiles. Sanar esta herida implica permitirse fallar… y aún así sentirse valioso.

 

Curar es abrazar lo que dolió

 

Curar las heridas emocionales no significa borrarlas. Significa comprenderlas y reconocerlas en nuestras reacciones para evitar que terminen gobernando nuestras emociones.

 

Porque merecemos una vida en la que nuestras heridas no decidan por nosotros, sino que nos acompañen como parte de nuestra historia… no como nuestro destino.

 

En Jardines de Esperanza reconocemos la importancia de la salud mental, por ello, ofrecemos, de forma abierta y gratuita, talleres y consultas psicológicas para personas que están transitando un duelo por muerte de un ser querido.

 

Si necesita más información puede comunicarse a los números 0994978257 / 042595240 ext. 181