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¿Qué relación tienen los cipreses con el cementerio?

 ¿Qué relación tienen los cipreses con el cementerio?

La tradición de plantar cipreses en el cementerio se remonta a la época de los romanos y los griegos con la simbología de los primeros y la mitología de los segundos.

 

La simbología del ciprés se vincula fundamentalmente a la muerte y a la inmortalidad. De hecho, era normal que los romanos plantaran esta especie en la puerta de sus templos o casas para así atraer a los dioses y recibir protección de ellos. Posiblemente esta relación estuviese motivada a que su hoja perenne evoca lo eterno y que su copa vertical apunta hacia el cielo, al mismo tiempo que sus raíces se hunden profundamente en el suelo.

Cipreses en el cementerio

Para la mitología griega, por su parte, estos árboles se relacionan con el duelo. Según el mito, el dios Apolo regaló a Cipariso (cuya traducción es ciprés) una jabalina para cazar, pero por error el muchacho mató a su ciervo domesticado, un hermoso animal con astas de oro y guirnaldas de piedras preciosas. Tanto fue el dolor de Cipariso, que pidió a Apolo que le permitiera llorarlo eternamente. El dios aceptó su súplica y lo convirtió en ciprés, árbol al que, desde ese momento, se relaciona con el duelo, la pérdida y el dolor por los seres queridos.

 

Para los más prácticos, sin embargo, el motivo de los cipreses en los cementerios se debe a su longevidad y buena adaptación. Son árboles peculiares que pueden alcanzar los 20 metros de altura sin llegar a superar los 2 metros de diámetro; su vida puede durar hasta 300 años y su verdor persistente lo convierte en un árbol sagrado. Sus raíces, además, crecen de forma vertical y recta, esto evita que se destroce el pavimento, las lápidas o los ornamentos fúnebres. Asimismo, su altura permite resguardar del viento al cementerio y aportar la calma que lo caracteriza.

 

Como vemos, son muchas las teorías que relacionan la frecuente presencia de los cipreses en los camposantos, pero lo cierto es que esta especie ya es parte del paisaje de los cementerios desde hace miles de años y todo apunta a que su fortaleza, solemnidad y resistencia seguirán presentes durante mucho tiempo.