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Memorias con mi ser querido

 Memorias con mi ser querido

El día de los Fieles Difuntos viene cargado de memorias, recuerdos y amor. En este tiempo los corazones de quienes hemos sufrido la pérdida de un ser querido se vuelven más sensibles que nunca.

Y aunque ellos viven en nosotros todos los días, el 2 de noviembre nos brinda la oportunidad de recordar con amor, gratitud y alegría.

 

Jardines de Esperanza conserva la historias de cientos de familias que han aprendido a celebrar la vida y el legado por medio del recuerdo. Sus anécdotas nos hablan de risas compartidas, de enseñanzas valiosas y de momentos que dejaron huellas para siempre.

La sonrisa de mi mamá

“De mi mamá recuerdo su voz, siempre pendiente de mí, me llamaba en las noches, en las mañanas. Se preocupaba por mí todo el tiempo. Extraño tanto el sonido de su risa…

 

Recuerdo que en mayo del 2020, en medio del pico de la pandemia, organizamos una serenata ambulante en familia por el Día de la Madre, cantamos muchas canciones para las madres del barrio. Recuerdo tanto su alegría, ella estuvo feliz durante toda la serenata. Fue muy emocionante.”

 

Stalin perdió a su mamá en febrero del 2021.

 

Mi hijo emelecista

“Mi primer y único hijo varón se llamaba John Solórzano, el recuerdo más bello que tengo de mijo es que él me amaba mucho, me decía que yo era su mamita linda.

 

Él era alto y muy bonito. Le gustaba vestir y oler bien. Recuerdo cuánto amaba a su equipo Emelec y le gustaba mucho escuchar salsa. Mi hijo me enseñó a ser más fuerte y aprender a vivir con este inmenso dolor”

 

John murió con 43 años.

 

El papá más detallista

“Desde que él ya no está ya nada es igual. Él era el centro de esta familia, de las reuniones familiares, el día del padre, el fin de año, sus cumpleaños con serenata y mariachis. Todos nos organizábamos para hacerle algo bonito. Sus discursos de agradecimiento eran inolvidables.

 

Recuerdo que todos los feriados de Difuntos viajábamos a Manabí en familia. Para ese tiempo yo me estaba haciendo quimioterapias y se me había caído el cabello, yo no quería que me vieran así; él me invitaba, me decía “vamos, hija” y yo le decía “no, papi así yo no quiero ir”

 

Entonces él me compró una peluca para que yo fuera con él, ese fue un gesto inolvidable para mí.

 

María y sus 11 hermanos se reúnen en cada aniversario de papá.

 

A través de las voces y los recuerdos de personas como Stalin, Mayra y María, descubrimos la importancia de mantener viva la llama de aquellos que nos tocaron profundamente con su amor y su existencia.

 

Y aunque pensar en el pasado es símbolo de nostalgia y tristeza porque añoramos lo que hemos perdido, en este Día de los Fieles Difuntos, unámonos en la reflexión, la gratitud y la celebración de la vida que compartimos con aquellos que marcaron nuestro camino para siempre.