El pasado domingo 11 de mayo, desde las 11h00, Jardines de Esperanza de Guayaquil se llenó de vida, memoria y emoción durante el homenaje campal por el Día de la Madre.

En un entorno preparado con amor y respeto, más de tres mil personas se congregaron para rendir homenaje a aquellas madres que, aunque estén físicamente ausentes, siguen siendo el pilar de nuestras vidas.

Este año, la actividad más conmovedora fue la dinámica de Cartas al Cielo, un gran buzón en el que cientos de hijos depositaron palabras que necesitaban decirle a mamá. Cartas sinceras, profundas y llenas de amor que desean encontrar el cielo, como un puente invisible entre el corazón y la eternidad.

La misa campal fue presidida por Monseñor Gerardo Nieves y estuvo acompañada por una atmósfera de recogimiento y gratitud. Luego, los asistentes disfrutaron de un conmovedor homenaje musical, lanzamiento de globos y un reconocimiento a las madres asistentes, una representación del amor maternal eterno.

La emoción de cada hijo, nieto, hermano fue palpable en cada abrazo, en cada lágrima compartida, en cada palabra escrita para el cielo.

Gracias, Guayaquil, por hacernos parte de sus recuerdos más sagrados y por permitirnos acompañarlos en este camino de amor, memoria y esperanza.