Guayaquil: Un homenaje lleno de luz para papá

Este 15 de junio, en Jardines de Esperanza Guayaquil, vivimos un Día del Padre profundamente emotivo. Desde tempranas horas, familias enteras llegaron con el retrato de papá en las manos y el recuerdo latente en el corazón.
La jornada inició con una eucaristía especial presidida por el Cardenal Luis Gerardo Cabrera. Las palabras llenas de consuelo y esperanza acompañaron a quienes hoy siguen amando desde la distancia. Como parte del homenaje, se elevaron globos blancos al cielo que llevaban consigo las cartas escritas durante el Día de la Madre, cerrando así un ciclo de amor eterno.
El gran girasol fue uno de los momentos más simbólicos: cada pétalo representaba una virtud de papá —paciencia, esfuerzo, valentía, alegría—, y fueron los mismos asistentes quienes identificaron a papá con cada una de las cualidades que siempre recordarán de su padre.
El mosaico de papá, pintado en vivo, permitió a los dolientes expresarse desde el arte. Frente a un lienzo compartido, hijos, esposas y nietos pusieron color inspirados en el recuerdo de papá. No se trataba solo de pintura, sino de transformar la ausencia en un acto de amor tangible.
Los niños también tuvieron un espacio especial en nuestro “Rincón de Luz”, donde pudieron pintar, recordar y expresar el amor por papá. Además, entre aplausos y emoción, un grupo de mariachis interpretó canciones que llenaron el ambiente de nostalgia y celebración.
Como símbolo final, sembramos semillas de girasol —porque aunque papá ya no esté físicamente, su ejemplo sigue creciendo en nosotros—. Y con los globos al cielo, sellamos un mensaje lleno de gratitud: gracias papá, por lo que fuiste, por lo que eres y por lo que seguirás siendo en nuestras vidas.